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Cultura y ciudad: Buenos Aires, Roma y París

El Dossier de este número pone sobre la mesa tres planteamientos distintos de política cultural en grandes ciudades. La experiencia de Buenos Aires se focaliza en el derecho a la cultura desde el estímulo principalmente, aunque no exclusivamente, al tejido cultural. El caso de Roma se orienta a garantizar el derecho a la cultura desde un enfoque territorial. Finalmente, el caso de París se enfoca también desde una óptica territorial, poniendo énfasis en los grandes proyectos metropolitanos.

Enrique Avogadro, Ministro de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se adentra en “La cultura en Buenos Aires”. El autor describe como la cultura es un elemento de identidad de la ciudad de Buenos Aires, hecho que se ejemplifica en su amplia oferta de espacios culturales: tanto públicos como privados o de base comunitaria. En este sentido, frente a la pandemia, no solo ha otorgado subsidios para iniciativas culturales, tanto para compañías como para espacios, además se ha concertado con los agentes culturales los protocolos de reapertura de la cultura. El apoyo a la producción cultural del circuito independiente es una de las condiciones para mantener el característico bullicio cultural bonaerense, caracterizado por su cultura independiente. Mantener un “ecosistema cultural bien diverso, que estimule, provoque e interpele a la ciudadanía” es una de las prioridades del Gobierno de Buenos Aires, en clara sintonía con una política muy comprometida con las necesidades de los agentes, impulsora del diálogo y de los proyectos colectivos.

Buenos Aires, como Roma y la mayoría de las ciudades, presenta un “mapa desigual en materia de oferta y demanda cultural”. En este sentido, Enrique Avogadro explica que la política cultural de la ciudad está apostando por ampliar los derechos a nivel cultural, posibilitando el acceso a la cultura sobre todo de los más jóvenes. Una de las iniciativas más relevantes es el “Pase Cultural” para los jóvenes, para que dispongan de un subsidio para gastar en cultura. Como defiende el autor, se trata además de “una herramienta que genera ingresos en la industria cultural y creativa […] un incentivo concreto para la diversidad”.

 Luca Bergamo, profesional de la cultura, ex-teniente de Alcalde de Roma y concejal de cultura, escribe sobre “Cultura y Roma. Reducir las desigualdades y buscar el equilibrio entre el pasado y el futuro”. En primer lugar, el autor defiende la centralidad de la cultura en las políticas municipales, pues entiende que la cultura es un poder y que se debe garantizar su distribución igualitaria para asegurar que se pueda formar parte de ella. Cree firmemente que deben potenciarse los derechos culturales para fomentar la convivencia de diferentes expresiones culturales de forma democrática.

Luca Bergamo describe la política cultural, en la que se implicó activamente, como una política enfocada a la cohesión social y a la reapropiación del espacio público. En este sentido, explica que uno de los ejes de esta política cultural debía ser necesariamente territorial, para hacer frente al desarrollo urbanístico desordenado de Roma durante el siglo XX, dejando un importante legado de desigualdad. Además, Roma adolece de una gran dificultad para garantizar la proximidad de los servicios públicos, que se ve agravada por carencias en el transporte público, su extensión, que es mucho mayor que la de la mayoría de las metrópolis europeas. Esto dibuja un panorama donde existen grandes impedimentos para el acceso a la vida cultural: ya sea por la no presencia de servicios en ciertos territorios como por la dificultad que supone los desplazamientos en Roma. Todo ello lleva a Luca Bergamo a reflexionar sobre las impedimentos en el acceso a los servicios culturales.

Otra especificidad de Roma, que pone de relieve Luca Bergamo, es el peso específico del legado cultural. El autor entiende que es imprescindible plantearse la relación de la cultura contemporánea con el patrimonio. Según Bergamo “lo que ahora consideramos patrimonio cultural fue a su vez contemporáneo en su tiempo y como tal, un poderoso mensaje dirigido a los vivos y una proyección hacia el futuro de una sociedad”, en este sentido, el autor entiende que el patrimonio no debe impedir a “nuestro tiempo el derecho a representarse a sí mismo” a través de la cultura contemporánea. Por ello, la política cultural romana se ha encaminado a crear espacios de colaboración y redes de cooperación para poder coordinar y generar sinergias entre los diferentes agentes e instituciones que producen y programan cultura contemporánea, al mismo tiempo, que se han fomentado iniciativas para poner el patrimonio al servicio de la comunidad y no solo del turismo.

Nicolas J. A. Buchoud, Director fundador de Renaissance Urbaine, una oficina de asesoramiento estratégico especializada en sistemas urbanos y de desarrollo en países desarrollados y emergentes, aporta sus reflexiones en el artículo “¿Cuál es el camino para la Cultura y la Economía Creativa del París post-Covid 19?” En primer lugar, nos presenta las grandes disrupciones que ha vivido la capital europea en los últimos años y que han significado importantes impactos en la cultura de la ciudad. Por un lado, los atentados de París del año 2015 afectaron a los valores culturales más profundos. Por otro, el incendio de Notre-Dame en 2019 significó una profunda herida en pleno centro de París a uno de sus monumentos más emblemáticos. Finalmente, la crisis mundial de la Covid-19 ha representado fuertes caídas en algunos sectores culturales, a pesar de las importantes ayudas públicas de los diferentes niveles gubernamentales. A pesar de ello, numerosos nuevos proyectos culturales se han realizado o se proyectan.

Nicolas J. A. Buchoud no rehúye las polémicas que han marcado la cultura de la ciudad y la región de Ile-de-France con las propuestas culturales de artistas y arquitectos estrella, iniciativas culturales impulsadas por grandes magnates del lujo o proyectos culturales privados derivados de operaciones inmobiliarias. De hecho, el autor recoge los cuestionamientos expresados en diferentes medios sobre si estas iniciativas han reportado más beneficios a la ciudadanía o a sus impulsores en forma de réditos a nivel de imagen, rebajas de impuestos o incentivos fiscales.

Finalmente, se centra en la obra del metro regional, Grand Paris Express, un gran proyecto territorial y urbanístico para la región de París, que viene acompañado de un programa de apoyo a la creación artística. Esta gran obra, así como otros proyectos en la región de Ile-de-France están suponiendo un cambio significativo en la visión de París y su región, con nuevos focos culturales en zonas suburbanas, que suponen tanto un cambio de imagen como una potenciación del rol cultural de las periferias metropolitanas.

El apartado Visiones se dedica en este número a la “Nueva Bauhaus Europea: una estrategia de base cultural y creativa para Europa”Roberto Gómez de la Iglesia, Director de Conexiones Improbables, nos presenta esta iniciativa de la Comisión Europea, que tiene como objetivo “crear una Europa más sostenible, bella e integradora”. Este proyecto pretende recuperar la Bauhaus, una escuela de arte vanguardista alemana de principios del siglo XX, para dar respuesta a los retos contemporáneos desde un enfoque multidisciplinar.

La Nueva Bauhaus Europea se inscribe en el contexto de la Agenda 2030 para la consecución de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), a la que Conexiones Improbables considera imprescindible incorporar una visión humanista. En esta línea, desde su visión y experiencia en la hibridación, promueve el papel de las artes, la cultura y la creatividad en el fomento de la sostenibilidad.

El apartado Tendencias cuenta con las aportaciones realizadas por Rosa Gallego, Directora de Relaciones Internacionales y Fundaciones Comunitarias en la Asociación Española de Fundaciones, en el artículo sobre las “Fundaciones comunitarias”. Aunque no hay una tradición en España, pues solo existen siete fundaciones comunitarias, desde la Asociación Española de Fundaciones se está promoviendo esta figura. Las fundaciones comunitarias son organizaciones no lucrativas fruto de la filantropía comunitaria que se organizan desde la comunidad para responder a las necesidades de ésta. Fueron creadas hace más de 100 años en Estados Unidos, pero su gran crecimiento ha tenido lugar en los últimos 20 años sobre todo en Estados Unidos, Canadá y Alemania.

En el apartado Experiencias, María del Rosario Escobar, Directora General del Museo de Antioquia, nos presenta “El Museo de Antioquia y la conexión con su territorio. Desde Medellín, arte y comunidad se unen”. Como señala la autora, el Museo de Medellín se inscribe en la tendencia museística actual según la cual los museos quieren pasar de ser un lugar de conservación a un escenario de intervención, ante la demanda de la sociedad colombiana de generar una nueva ciudadanía.  En los 140 años de historia del Museo, este se ha reinventado en diversas ocasiones. La donación artística de Fernando Botero en los años 90 del siglo XX supuso un gran cambio no solo cultural si no también urbanístico y social pues el museo se trasladó a su nueva ubicación el Palacio de la Moneda, en el centro de la ciudad. Posteriormente, los encuentros “Encuentros Internacionales de Arte de Medellín” (MDE) aportaron al museo una dimensión contemporánea, inexistente hasta ese momento.

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