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Cultura metropolitana

El Dossier de este número está dedicado a tratar tres temas relacionados con la Cultura metropolitana: economía creativa en las ciudades pequeñas y medianas, centralidad y acción cultural territorial, y turismo cultural en ciudades metropolitanas medianas y pequeñas.

En primer lugar, el profesor de Economía Aplicada, en la Universidad de Valencia, Pau Rausell-Köster escribe sobre Economía creativa en ciudades metropolitanas medianas. De entrada, se plantea la cuestión de si es posible “la especialización de actividades culturales y creativas” en estas ciudades “al margen de las grandes urbes”. Para el profesor, no hay duda de que es posible, dado que la “correlación entre tamaño y dinamismo cultural no es lineal”. Por ejemplo, la actividad de las ICC (Industrias Culturales y Creativas) es una realidad en las ciudades pequeñas y medianas debido al “desborde” que provoca la gran urbe. Ello comporta, en las primeras, una estrategia de “especialización socio productiva basada en la cultura y la creatividad”, que precisa de una cierta masa crítica, capital humano, de actores y agentes “con capacidad para imaginar, liderar, articular y comunicar dicha estrategia”.

El director general de cultura de Tolouse Metropole, François Lajuzan, reflexiona sobre el rol y la centralidad de la cultura metropolitana, en su artículo Toulouse Metropole: centralidad y acción cultural territorial. A su parecer, varias son las características que determinan el papel central de Toulouse en la acción cultural metropolitana. En primer lugar, atractivo y proximidad, es decir, interacción y compromiso, aportan fuerza suficiente para construir un espacio idóneo para la acción conjunta. En segundo lugar, la creación de una identidad metropolitana, sobre la base de “objetivos claramente definidos”, que respete la identidad propia de cada municipio, y la proyección de una imagen que dé notoriedad al territorio y a las acciones, tanto interna como externamente. En tercer lugar, es preciso preservar la excelencia en la creación, en la innovación, en las actividades que se desarrollan y a todos los niveles del público al que se dirigen (barrios centrales y periféricos, municipios medianos y pequeños). A ello se añade el deber de compartir instrumentos, recursos, espacios. En cuarto lugar, actuar en red territorial exige trabajar en “modo proyecto” con transferencia de competencias de manera que, incluso actores alejados del mundo de la cultura, formando equipos multidisciplinares, sean capaces de “coordinar, federar, mutualizar, actuar de forma totalmente transversal”. En quinto lugar, en la misma línea de transversalidad, es preciso abrir la cultura a nuevas áreas de intervención, más allá del ámbito educativo y social, como la ordenación del territorio, el desarrollo económico y el empleo.

El director adjunto de Fundación Kreanta, Emilio Palacios, ofrece, bajo el título Turismo cultural en ciudades metropolitanas medianas y pequeñas, una síntesis estructurada de las diferentes ponencias presentadas en las Jornadas IX, X y XI de Ciudades Creativas Kreanta (2017-2019), en el marco del programa “Rutas Singulares”. Su trabajo se centra en tres temáticas, que definen el contenido de cada una de las referidas Jornadas: turismo cultural y ciudades creativas; turismo cultural, áreas metropolitanas, redes y cooperación; y turismo cultural, arte contemporáneo y espacio público.

El apartado Visiones se dedica de nuevo en este número a la educación. El profesor Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, nos habla sobre La formación docente en el ecosistema digital. Tras afirmar que la escuela “es y ha sido siempre producto e instrumento del cambio”, sitúa su principal problemática hoy en la aceleración de ese cambio que provoca una “diacronía (…) entre las escuelas, entre los profesores y, sobre todo, entre los alumnos y entre sus comunidades”. Este fenómeno tiene su representación en “la coexistencia de una institución (la escuela) del siglo XIX, una profesión (los docentes) del siglo XX y un público (los alumnos) del siglo XXI”. Este alumnado, futuro trabajador de un capitalismo nuevo en el que la digitalización aparece como el principal condicionante laboral, “necesita cada vez más de una socialización y un entrenamiento para la iniciativa personal, la cooperación en equipo, el trabajo en red, la asunción de responsabilidades…, todo lo que no parece ser precisamente el punto fuerte de la institución escolar”. ¿Y el profesor está preparado, en su teoría y práctica pedagógica, para responder a esas demandas?

El apartado Tendencias cuenta con las aportaciones realizadas por Francesca Bria en el marco del diálogo “Europa Futura: Estados emprendedores, ciudades innovadoras”, dentro del ciclo “Metrópolis inteligente”, celebrado en Barcelona en junio de 2021. La recién nombrada Consejera de la Nueva Bauhaus Europea, habla sobre “humanismo tecnológico”. Inicia sus reflexiones situándonos ante dos “mitos”: el primero, pensar que la tecnología tiene un comportamiento lineal; el segundo, creer que lo soluciona todo. En realidad, el modo de hacer tecnológico es deudor del factor humano y son múltiples las disciplinas que nos aportan soluciones, basándose sobre todo en las personas. Por ello, cuando hablamos de humanismo tecnológico “estamos hablando de conquistar el control democrático de la tecnología”. ¿Cómo podemos hacerlo? Ante todo, afrontando la brecha digital, tratando “lo digital” como un derecho fundamental con todo lo que comporta: considerar los “datos” como bien común, controlar la “nube” democráticamente y disponer de un marco legal digital.

En el apartado Experiencias, la Directora general del Teatro Colón de Buenos Aires, María Victoria Alcaraz nos presenta el trabajo realizado por el Teatro, “para seguir cumpliendo con sus objetivos”, durante el tiempo de pandemia, estando “convencidos de que estamos llamados a seguir ocupando un lugar central en la producción artística, en la referencia cultural y en la cohesión social que trasciende el escenario y al edificio”, a seguir siendo un “icono cultural”. El objetivo principal durante el período pre-pandemia era mantener “la sustentabilidad institucional”. ¿Cómo? Mediante un “abordaje integral” de todos los componentes humanos, materiales y de gestión del Teatro y aplicando un modelo “versátil y dinámico” que acercase la oferta cultural a todo tipo de entornos humanos y territoriales: nuevas audiencias, programación focalizada, actividades fuera de sede, cambio de lenguaje en la comunicación y gestión activa de medios digitales (incluido el streaming), mantenimiento y proyección de una formación artística de calidad.